Despertando conciencias por un mundo mejor


   
  Revista Noa Shamballa
  Medicina familiar
 
Edición Marzo 2009

 

MEDICINA FAMILIAR
 
Decir:”Buenos Días!” y entregar una sonrisa al paciente es el primer contacto que como médico brindamos. Sin embargo muchas veces las ocupaciones del Hospital o Consultorio donde estamos ejerciendo esta profesión nos afectan en el humor y en la predisposición para atenderlos. En ocasiones nuestro comportamiento hacia ese paciente que nos espera el cual nos saludó con calidez, nos permiten olvidar el cansancio y devolver la sonrisa.

Ya durante la Residencia de la Especialidad nos enseñan una definición de Salud, que muchas veces olvidamos, ya que “la escuchamos” como al pasar.
También aparecen en nuestras mentes aquellos profesionales que se han transformado en nuestros modelos o el recuerdo de “ese” médico que nos ayudó en algún momento de nuestras vidas. Esos modelos de ternura, de sonrisa franca, de guardapolvos blancos, de brindarse con el corazón, de estar a cualquier hora y por cualquier motivo que hayamos consultado.

Soy de esa época donde el Médico llegaba a casa y tratábamos que esté todo en orden, la cama tendida, el comedor de las visita preparado para su visita, lo tratábamos con sumo respeto, porque había atendido a nuestra abuela, a la mami y a nosotros mismos; sabia de secretos familiares, y se le abría la puerta, le ofrecíamos una silla y él con paciencia y mucha dedicación nos “solucionaba” esos problemas de salud dentro de nuestras casas, para luego ofrecerle “un cafecito, doctor?”

En mis recuerdos familiares está incluido el médico que me vio crecer, que sabía del día de mi Comunión y qué estudiaría cuando sea grande…
También está mi tío César, que fue el espejo donde quería reflejarme; por su buena predisposición, su mirada cálida, su palabra oportuna. Cuando caminábamos por ese pueblo- ciudad donde todos los saludaban, y él con un gesto amable respondía con una sonrisa… y cuando pude, me senté al lado de su escritorio y lo escuchaba, lo miraba y lo admiraba porque siempre el paciente salía con una “gracias! doctor, ya le decía a mi viejo que vendría aquí y usted escuchándome ya me iba a curar…”

Hoy soy Médico de Familia, una especialidad muchas veces desconocida por eso escribo, porque creo que puedo seguir enseñando un poco con la palabra y muchas veces con el ejemplo. Como me enseñaron a mí, a través de ese modelo de médico que todo lo podía resolver, pero fundamentalmente porque esta cerca del paciente.
Esto me ha llevado a atender cada día a cada paciente, con una sonrisa, ayudando con medicinas a recuperar nuevamente su estado de salud pero con el concepto de que su curación empieza con una sonrisa y siempre acompañado de su familiar.
 
      La Federación Argentina de Medicina Familiar tiene la siguiente definición:
“Medicina Familiar es la especialidad médica que se encarga de la salud total de la persona y la familia.
Es una especialidad amplia y abarcadora que integra las ciencias biológicas, clínicas y del comportamiento.
El alcance de la medicina familiar no está limitado por la edad, el género, el sistema de órganos ni la entidad de la enfermedad
La Medicina Familar está creciendo cada día. En las consultas se debe dar respuestas al problema o enfermdedad del paciente; se brindan los elementos para educarlo de modo que pueda entender el proceso vital por el que está pasando además de ayudarlo a compromterse con el cuidado desu salud. Es a partir de aquí, que la sonrisa del médico es la mejor forma de ingresar al sistema de atención de su salud de la mano de su médico de cabecera...

Dra. María Gloria Aliberti
Especialista en Medicina General – Familiar
MP. 2798    Salta
Cel. (0387) 155 108 861  
mgalilu@hotmail.com
 
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